Sexo entre amigos ¿es una práctica recomendable?

Siempre ha existido la leyenda urbana de que el sexo entre amigos puede provocar el final de esa relación de amistad o afianzarla. La tentación siempre está ahí, porque todos tenemos amigos y amigas que nos llaman mucho la atención y con los que no nos importaría tener algo más. Claro que eso puede suponer un cambio de paradigma en nuestra relación y eso no es sencillo de llevar en muchas ocasiones. El sexo entre amigos puede ser maravilloso o arruinarlo todo. Entonces, ¿cómo saber si estamos preparados para dar el paso y llegar más allá con ese amigo que tanto nos gusta?

Es algo difícil de ver desde fuera porque como cualquier otra relación humana, dependerá de las personas que estén involucradas y de cómo sepan llevarlo. Está claro que una relación sexual con una persona a la que ya apreciamos y en la que tenemos mucha confianza depositada siempre puede salir mejor que hacerlo con cualquier desconocido o con alguien que llegue de nuevas. Pero, ¿y si nos cargamos esa amistad por un simple polvo? ¿Y si no somos capaces de mantener la misma relación que antes, porque es verdad aquello de que el sexo lo cambia todo?

 

¿Realmente consolida la amistad?

Hay quien apunta, defendiendo la hipótesis de que el sexo entre amigos puede ser muy positivo, que este tipo de relaciones pueden llegar a afianzar mucho más la amistad que tenían esas dos personas, por llevarla a un nuevo nivel de complicidad, de conocimiento del otro. Es como traspasar la última barrera, la sexual, y así conocernos por completo, sin tabúes, sin límites. Es una experiencia que dota de mucho mayor significado eso que sentimos por nuestro amigo o por nuestra amiga y en parte es también una forma de demostrarle esos sentimientos, o la propia confianza que le tenemos.

 

Beneficios de llevar este tipo de relaciones

Seguro que muchas veces te has planteado si este tipo de relaciones pueden ser positivas o negativas, o simplemente, has sentido un deseo intenso por alguien a quien consideras un buen amigo o una buena amiga, y has pensado en la posibilidad de llevar eso mucho más allá. Y ocurre muchísimo, eso de que dos personas que empiezan siendo amigos, sin mayor pretensión, acaban enamorándose y llegando mucho más allá. Pero estamos hablando ya de otra cosa, de una relación más estable, y no de dos amigos que se acuestan. El término follamigo representa muy bien eso que se conoce como amigos con derecho a roce, un estadio más entre la amistad y el noviazgo donde muchos se sienten seguros porque tienen a alguien a su lado con quien disfrutar, alguien que les da confianza, pero eso no supone un compromiso absoluto.

 

Problemas con los que podrás encontrarte

Los problemas de este tipo de relaciones son muy evidentes, empezando por ejemplo por el simple hecho de acabar con la amistad que os une porque la cosa salga mal. Tal vez esa otra persona no era tan amiga nuestra, pero si teníamos una relación anterior buena y construida en base a muchos años de confianza, el sexo puede arrasar con todo eso porque en la mayoría de ocasiones cambia por completo la dinámica de la relación. Y lo más habitual es que aparezcan los sentimientos, al menos por parte de una de las dos personas, que mezcle emociones y acabe quedándose pillada por la otra, sin que eso fuera lo estipulado en un principio.

 

Cuando empiezan a aflorar los sentimientos

Los sentimientos parecen quedarse al margen de este tipo de relaciones pero al final pueden suponer su fin, o el principio de otras diferentes. Y es que cuando hablamos de amigos que se acuestan no tenemos en cuenta, al menos en principio, que pueda surgir un amor entre ellos. Simplemente hay cariño, hay ganas de pasarlo bien y sobre todo confianza, pero nada más. Si los sentimientos empiezan a mezclarse la situación se pone muy complicada, porque pueden llegar los celos y todo se viene abajo como un castillo de naipes. Es el peligro que siempre se corre en estas relaciones tan complicada.

 

Consejo: dejad clara las condiciones de vuestra relación

Lo mejor que se puede hacer si estamos dispuestos a comenzar una relación de este tipo es empezar, desde el primer momento, hablando claro con la otra persona y exponiendo lo que buscamos y lo que no. Si es una relación meramente sexual, tenerlo completamente claro desde el primer momento nos ayudará a tomar conciencia de la misma y a no caer en posibles malas interpretaciones. Aun así, debemos guardarnos las espaldas porque esa persona que nos dice que esto es solo algo físico y que no sentirá nada por nosotros puede cambiar de “opinión” después de unas semanas, y el problema seguirá estando ahí.